January 22, 2008

24 de diciembre de 2007 - La justicia - Samuel Chu

Lucas 2:46-55
“María dijo:
Mi alma proclama tu grandesa, O, Dios,
Y mi espiritú se recogisa en tí, mi Salvador.
Porque has reconocido
A tu pobre servidora,
Y desde este día en adelante
Todas las generaciones me llamaran bendita.
Porque tú, el Todopoderoso, has hecho grandes cosas por mi,
Y bendito es tu Nombre.
Tu merced se extiende de epoca a epoca
Para los que te temen.
Has demostrado fuerza con tu brazo,
Has derrumbado a los soberbios en su vanidad,
Has deponido a los poderosos de sus tronos
Y levantado los bajos a lugares altos.
Has llenado a los ambrientos con cosas buenas,
Mientras que mandas lejos a los ricos sin nada.
Has venido a la ayuda de Israel, tu sirviente,
Conciente de tu merced –
La promesa que le hiciste a tus antepasados –
A Sara y Abraham
Y sus decendientes para siempre.”
Cada quien tiene su propia canción – Naciones tienen himnos nacionales, los amantes tienen baladas, niños tienen canciones de cuna. Tenemos canciones especiales para bodas, cumpleaños en toda cultura. Cuando estas deprimido, felíz, cuando quieres protestar algo, tienes una canción. Esa es una razón porque los IPods son regalos populares. Nos da el poder de hacer una banda sonora y ponerala a tocar con nuestras vidas, y nos estimula nuestras imaginaciones para la vida.

Hay una gente de Africa que tiene la creencia de que nosotros los seres humanos se nos crea con una melodia única, una música que es solo para nosotros. Su tradición es de “honrar esa canción cantándola porque es bienvenida cuando nace una criatura, es consuelo cuando la criatura esta enferma, para celebrar cuando la criatura se casa, y en afirmación y en amor cuando la muerte llega.”

Nos toma tiempo para averiguar cual es nuestra canción, y distinguirla de la canción que otros quieren que cantemos. Imaginate tener una canción que es solo para nosotros; una canción que vive dentro de nosotros que nos describe al mundo; una canción que a veces oimos que no la canta de regreso el mundo; una canción que siempre esta ahí, no importa si sea día o noche, lista para consolarnos, para celebrar, sostener y guiarnos. Imaginate eso y preguntate, ¿cuál es mi canción?

Maria estallo con tremenda canción. La conocemos como “Magnificat”. Es una canción de celebración y justicia. Desafía que veamos el mundo al revés. Canta de la caida de los soberbios, los poderosos, los ricos, y de la subida del bajo y ambriento sirviente. Es una canción tan revolucionaria que te podrian meter a la carcel o hasta matarte. Y por eso ha durado tanto esta canción.

En este mundo sordo en que vivimos, madres no casadas y pobres, que no tienen oportunidades; a los extraños no se les da la bienvenida; la distancia entre los ricos y pobres crece más. En el lejano, el cielo se queda oscuro y silencioso. No hay angeles, ni trompetas, ni una estrella para guiarse, nada de buenas noticias, solamente los hechos frios de la vida real.

Pero con la canción de María nuestras imaginaciones sordas son asaltadas y empujadas a sus límites por imágenes, letras, e ideas peligrosas de lo que puede y no puede ser. Nos estimula nuestras imaginaciones para imaginar un nuevo y justo mundo. Y no puede haber justica hasta que se imaginen un mundo justo. La Magnifcat es el tipo de canción arriesgada y atrevida que hace la justicia posible y permisible.

El poeta hindú, Rabindrinath Tagore dice, “He pasado mis días encordando mi instrumento mientras que la canción que vine a cantar permanece sin cantar.” Consumidos por tareas, paralisados por hechos, esperando por mas datos… dejamos nuestra canción sin cantar. Hay una razón por que la gente canta cuando marcha. Los estimula, corta por los datos y hechos y despierta el valor para actuar como ningún dato puede.

En la luz de las letras subversivas de la canción de María, que yo pienso son apropiados para que dejemos que Emma Goldman, la conocida anarquista, tenga las últimas palabras. Emma le encataba bailar. Una noche un hombre la tomo al lado, y con una cara muy seria le susurro que no le parecia bien que una anarquista estuviera bailando, y menos con tanto abandono. No era digno de una persona que ser convertiría en una fuerza del movimiento anarquista.

Emma estaba furiosa y le dijo que no fuera un metiche. Estaba cansada de siempre pensar en la causa. Ella no creía que una causa, que representaba un ideal bello, de liberación de la convención social y los prejuicios, debería demandar la negación de la vida y felicidad. La Causa no podría esperar que ella se convirtiera en monja y que el movimiento no se volveria en un claustro.

"Quiero la libertad, el derecho de la expresión propia, el derecho de todos a las cosas bellas y radiantes." Ella escribio, “El Anarquismo era lo que significaba para mi, y yo viviriá a pesar de todo el mundo — las prisiones, persecuciones, todo. Si, a pesar de la condenación de mis compañeros mas cercanos, yo viviriá mi bello ideal. Si no puedo bailar, no quiero su revolución.”

¿Escuchan la música? ¿Han respondido a su llamamiento y se han unido al coro? Nacido para nosotros este día es un mundo nuevo y justo. Canta, baila y ser parte de la revolución.